Soñé con aquello que ansiaba vivir, soñé con personas que me suponen indiferencia, y soñé con aquellas que están presentes cada mañana en mi despertar. Los días que me despierto tras un sueño tienen una magia especial, la magia de intentar averiguar el porqué de cada imagen que apareció desde el subconsciente más íntimo, y lo mejor, la elaboración de la macla de todas ellas, como ese atlas que hacen los frikis para que Juanjo les ponga un 10...
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