domingo, 27 de febrero de 2011
Entrar, salir
Explorar un cerebro es como intentar descifrar un poema. A veces, el poema es como si lo escribiera un carpintero no instruido en tal oficio, de modo que, cuando el aprendiz de recursos y tópicos literarios se dispone a descifrar el acertijo, se encuentra ante una caja vacía, un contenedor que ni siquiera nunca llegó a guardar mensajes. No obstante, hay algún que otro poeta bueno en la lista que la vida me ha mostrado, y descifrar estos poemas, para una simple y humilde aprendiz, es como la caída libre desde esos glaciares que se desprenden en Buenos Aires, era algo de moreno, no lo recuerdo bien, o quizás sí...
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