Gritar, como una loca de manicomio desprendiéndome de mis pesares, y que se desgarre este dolor que me asesina, que arde y me quema las entrañas, que no me deja respirar ni andar ni montar en bicicleta mucho menos tumbarme a dormir. Que se vaya, es un mal más malévolo que el diablo, que la bestia que esconde el asesino de tuercas, que me retuerce y hace hasta que llegue a pensar que tengo algo más grave, que no simplemente lo que es. Si el tiempo es el problema, y en el tiempo está la solución...Será que habrá que darle a play de nuevo, y parar de una vez por todas este disco de música que tantas veces he escuchado desde que ardo en el infierno; guardarlo en una nube. Que deje de ser mi cielo para convertirse en una ínfima parte de él....Y una vez todo acabe, entonces, y solo entonces, soplar fuerte y volar.
Pero hasta entonces.......la nube debería de no poder verse, cegada por el sol que irradia este bello sol que me inunda...y no de al revés como viene siendo hasta ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario