Cómo empiezo a contar que la felicidad depende simple y llanamente de tí, de tu actitud y de tus ganas de vivir. Si te dijese que en estos últimos meses he sido feliz, te estaría mintiendo pero a la vez diciendo la verdad. Feliz, porque no he tenido realmente ninguna desgracia o problema grave en mi vida, NO feliz, porque no soy tan inmensamente feliz como suelo serlo siempre. Y es que el día a día me va quemando lentamente, la falta de amor, la falta de tiempo libre para pensar en mí, el estrés que me hace cada día el doble de vieja de lo que debiera ser...Y la verdad que ahora mismo, por más que me proponga nuevas metas, me resulta casi imposible ni siquiera empezarlas, porque me faltan ganas, actitud...
Ojalá fuese tan fácil arreglar los problemas que una arrastra desde ya hace algunos años, coger a quien sea y decirle oye tú que te pasa ea pos lo arreglamos ea pos ya está no pasa absolutamente nada, a partir de ahora yo tengo más tiempo para tí, para que no te enfades por esos ratos que no te dediqué. Pero es que no!!! Me caen mal y ya no lo puedo evitar, he cambiado, pienso muy distinto a ustedes, no soy la misma y créeme tampoco quiero serlo. Me gusta ser así, pero con esos problemas solucionados. ¿Dónde está el final? Necesito luz, pero de la que no me deje los brazos hechos añicos. Y ya que estamos una pierna nueva. Y que estos tres meses pasen tan volando que no sufra apenas. I can't more.
No hay comentarios:
Publicar un comentario